PUERTO LA PLATA

Cada cabecera con su terminal

El Consorcio de Gestión concesionará 41 hectáreas ubicadas en Ensenada, que serán adjudicadas a quien garantice mayor carga anual. Entretanto, avanzan las obras a cargo de Tecplata, que serán inauguradas a mediados del año próximo.

Cada cabecera con su terminal

 

Por Roberto A. Pagura

Decidido a jugar fuerte en el sistema logístico metropolitano, el Consorcio de Gestión del Puerto La Plata lanzó el proceso licitatorio para la construcción y explotación de una nueva terminal multipropósito, que estará ubicada sobre Ensenada, frente a la que administrará la empresa Tecplata una vez que concluyan las obras en curso, emplazada en la cabecera de Berisso. Cuando ambas estén en pleno funcionamiento, en un plazo estimado de una década, La Plata tendrá una capacidad operativa anual de 2 millones de TEU, cercana a la que hoy pueden ofrecer Puerto Nuevo y Dock Sud en conjunto.

El llamado quedó oficializado en febrero y establece que la presentación de ofertas se realizará el 1 de junio, día en que también se procederá a la apertura del primer sobre. Sobre los postulantes, determina que aquellos que reúnan 51% del capital social deberán acreditar al menos tres años de experiencia en actividades como el transporte de carga por agua, la operación de terminales portuarias, la estiba en muelle y el almacenaje en depósitos fiscales, o los servicios logísticos. Para resolver quién se adjudicará la concesión, por un plazo de 30 años y sobre una superficie cercana a 41 hectáreas, se valorarán el canon ofrecido y la carga anual asegurada.

Durante una entrevista con terminalC, el presidente del Consorcio, Daniel Rodríguez Paz, confirmó que los oferentes competirán por carga asegurada y no por inversiones, ya que los pliegos sólo contemplan obligaciones “mínimas” en materia de obras civiles y equipamiento. Esas condiciones, sumadas a los requisitos blandos en materia de experiencia, capital y facturación, convierten al llamado en “una oferta tentadora”, según la definió él mismo. “Exigimos de entrada un muelle de 600 metros y 10 hectáreas de playa de contenedores; pero, como son 41 hectáreas, imaginamos que el resto se construirá cuando el negocio se desarrolle. Con una inversión de 100 millones de dólares para los primeros tres años, se puede entrar. La particularidad es que la terminal estará operativa desde la misma firma del contrato y la adjudicación, porque la entregamos con un muelle y con accesos, lo que les permite por lo menos manejar barcos feeder desde el primer día”.

Entre las exigencias del pliego, se cuentan la construcción de un muelle de 600 metros sobre el dock central y la incorporación de dos grúas pórtico. En cuanto al volumen asegurado, el pliego estipula un piso muy bajo, que puede ser superado con una carga mínima. La cabecera, no es un terreno baldío. La firma Petroken —que tiene una planta productora de polipropileno en la localidad de Ensenada— administra allí dos depósitos de 5.000 metros cuadrados y se registra un tráfico de automóviles proveniente de Montevideo. El concesionario, por su parte, contará con accesos plenamente operativos y un muelle de 170 metros, que estará finalizado en los próximos meses.

“Lo primero que debería ponernos contentos es que estamos creando una infraestructura para los próximos 50 años, un poco delante de los acontecimientos”, subrayó Rodríguez Paz ante una consulta sobre las proyecciones de tráfico que están detrás de esta nueva concesión. Tras referir que los gobiernos de la Nación y la Provincia vienen trabajando juntos en esta materia, explicó: “Estamos previendo que continúe el crecimiento económico del país. Se calcula que va a haber nuevamente una cosecha récord este año y, justamente, tuvimos hace poco una reunión todos los puertos provinciales para prever por dónde va a salir la soja. En cuanto a la evolución del mercado, se captará carga que hoy está en otra parte, como Montevideo. Particularmente, creo que Dock Sud va a seguir bien y que algunas terminales del Puerto de Buenos Aires, con semejante ciudad atrás, tendrán que ser reconvertidas”.

Sobre este último caso, evaluó que Buenos Aires “seguramente tendrá un futuro en carga de contenedores, pero también en pasajeros”, a partir de otra relación con la zona urbana. Y apuntó: “En este momento, en que algunas concesiones se terminan y no pueden renovarse, es lógico que empiecen a pensar en el Puerto de la Plata. De hecho, nos están visitando. Algunos, para interesarse, otros, para ver qué pasa o porque realmente van a presentarse; pero nos están visitando todos los jugadores del mercado”.

Para el titular del Consorcio, los contenedores que tienen por destino la Zona Franca, que hoy ingresan por Buenos Aires, comenzarán a llegar a La Plata una vez que comience a operar Tecplata. Y la próxima terminal de Ensenada se afirmará como su muelle natural, dado que cuenta con un corredor franco ya establecido.

La ampliación del Puerto La Plata coincide con otros grandes proyectos en marcha, entre los que sobresale la construcción de la planta de nafta Premium de YPF, con una inversión de 35 millones de dólares, y de la termoeléctrica Fuerte Barragán, que generará una energía comparable a la que hoy consumen los partidos de La Plata, Berisso y Ensenada. Junto a la intensa actividad que exhibe el sector de la construcción, son indicios de que la región capital de la provincia puede estar en camino de recuperar su condición de polo industrial y productivo.

La idea es consolidar a La Plata —asociado en otras épocas a los frigoríficos y a la destilación de petróleo— como un puerto de cargas generales. Y potenciar sus buenas condiciones naturales con ventajas de competitividad. Entre ellas, se cuentan los accesos. Según precisó el directivo, el arribo por agua demanda seis horas menos de navegación que Buenos Aires, con tarifas de Hidrovía sustancialmente menores (ver tabla). Y las conexiones terrestres, de por sí favorables, se verán aún más facilitadas con la culminación del último tramo de la autopista Buenos Aires-La Plata —casi en simultáneo con la inauguración de Tecplata— y de la ruta 6, que unirá catorce partidos bonaerenses, desde Ensenada y Berisso hasta Zárate.

En relación con la nueva terminal, Rodríguez Paz precisó que los sobres con la oferta económica se abrirán en julio. Y que, tras un dictamen preliminar del Consorcio, asesorado por una comisión especial, el expediente de adjudicación pasará a los organismos de control de la provincia. “Si todo va bien, en el último trimestre tendríamos que estar firmando el contrato”, afirmó.

Mientras se desarrolla ese proceso licitatorio, avanzan las obras de Tecplata, que prevé iniciar sus operaciones en julio del año próximo, según confirmó a esta revista Eduardo Zabalza, gerente general de la empresa, integrada por la filipina International Container Terminal Services Inc. (ICTSI) y la argentina Loginter. “Estamos en la etapa de las obras civiles principales: la construcción de 600 metros de muelle, la instalación eléctrica y aproximadamente 22 hectáreas de playas para almacenaje de contenedores y caminos internos de circulación, y vías de acceso a la terminal. Estamos cerrando también la compra del equipamiento principal, cuatro grúas post-Panamax y nueve RTC (móviles), que estarían llegando en marzo de 2012. Y en los próximos meses, licitaríamos las obras de dragado, para llevar el canal de acceso a 34 pies y ampliar el área de maniobras, así como la construcción de los edificios no incluidos en la etapa actual: la administración, los gates, el taller de reparación de contenedores, un depósito para almacenaje de mercadería y otros menores”, detalló.

El ejecutivo explicó que antes de emprender estas obras fue necesario realizar un intenso movimiento de suelos. Tras tomar posesión, en noviembre de 2008, la empresa confirmó a partir de un estudio que el predio no estaba preparado para soportar los grandes pesos que implica la operación de una terminal de estas características. “Fue necesario hacer unas tareas de sobrecarga, que consisten en echar material, tosca generalmente, que se pone a cuatro o cinco metros de altura, para que el peso vaya asentando los terrenos. Ahora, se está haciendo el mismo proceso en otro sector. Eso trajo una etapa poco visible de la construcción, porque la único que se veía era una gran masa de tierra, una montaña por decirlo así, pero era necesario”, explicó.

Zabalza precisó que el proyecto representa una inversión de 235 millones de dólares. Y destacó que se trata de “una obra muy relevante en términos de infraestructura, porque, si bien está dentro del Puerto La Plata, es un greenfield, desde la nada, que hace no sólo los muelles, la playa y el equipamiento, sino que también toma a su cargo la realización del dragado de apertura”.

La primera etapa, en plena ejecución, equivale a prácticamente 70% de la inversión total. La segunda contempla la construcción de otros 220 metros de muelle y la extensión de las playas. Y aunque el contrato establece que la tercera debe cumplirse no más allá de los primeros diez años de la concesión, ese plazo podría adelantarse si el crecimiento del volumen o la respuesta de los clientes lo hacen necesario.

En coincidencia con Rodríguez Paz, Zabalza consideró que “Buenos Aires tiene sus limitaciones, que se notaron en 2008, cuando estuvo con 1,8 millón de TEU, independientemente de que se hagan inversiones y de que las terminales estén trabajando”. Por eso, argumentó, “una descentralización parcial sería una acertada forma de replantearse la infraestructura portuaria”.

“Hay que buscar un anillo más amplio —planteó el ejecutivo—, en el que estaría comprendido La Plata, para agilizar el movimiento de contenedores. Y redefinir parcialmente la cantidad de terminales que hoy tiene Buenos Aires, como ha pasado en muchos puertos del mundo. No es algo nuevo. A medida que crece el comercio exterior, los puertos buscan alejarse un poco de las ciudades; se redefinen y se reasignan las localizaciones”.

En ese contexto, señaló que Tecplata sale con “una oferta importante”, que convierte a La Plata en “una alternativa válida”. En realidad, apuntó, se trata de un proyecto que venía siendo evaluado desde hace muchos años por quienes están en la actividad y se concreta ahora: “Han coincidido la voluntad nuestra de hacer el dragado, en su momento la reconstrucción de la escollera, el volumen, la existencia de buques cada vez más grandes para los que el puerto de Buenos Aires tiene restricciones. Hay una serie de condiciones que le otorgan momentum, como se dice, al ingreso de Tecplata y el Puerto La Plata al mercado de terminales de contenedores”.

Finalmente, Zabalza desdramatizó la convocatoria a la construcción de una segunda terminal y afirmó. “Cuando obtuvimos la concesión, conocíamos que el Puerto La Plata lo tenía previsto; y estamos viendo cómo se desarrolla, pensando en ventajas y desventajas. En cierta forma, el hecho de que haya otra terminal potencia el área como un cluster; pero la clave es si los operadores encuentran atractivo el proyecto o no, que es algo sobre lo cual no me atrevo a opinar”.


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