EXPORTACIONES INDUSTRIALES

Con aranceles compensatorios de hasta 72,3%, las colocaciones en ese mercado se tornan inviables. La medida fue reclamada por productores estadounidenses.

El gobierno de Estados Unidos confirmó, mediante la publicación en el registro oficial, la aplicación de aranceles compensatorios de hasta 72,28% sobre las exportaciones de biodiésel argentino a ese mercado, que en la práctica resultarán inviables. La decisión, adoptada por la Comisión de Comercio Internacional que funciona bajo la órbita del Departamento de Comercio, asume que los productores y exportadores argentinos son beneficiados por subsidios compensatorios y en consecuencia compiten de manera desleal con las empresas locales.

La estadounidense Junta Nacional de Biodiésel (NBB, por su nombre en inglés), que en su momento había presentado un reclamo a las autoridades, saludó la decisión, que ya se había conocido en noviembre y afecta también los despachos provenientes de Indonesia. Por entonces, Doug Whitehead, directivo de la NBB, aseguraba que esas importaciones “desleales” afectaban una producción que garantizaba 64.000 empleos.

En diciembre, mediante el decreto 1719 y para jugar una última carta frente a la medida estadounidense, el gobierno argentino derogó el régimen de retenciones móviles sobre las ventas externas de ese combustible, con el fundamento de que “se hace necesaria una armonización entre los derechos de exportación del biodiésel y el de su principal materia prima, el aceite de soja, para alcanzar una convergencia entre los mismos”.

El objetivo era desarmar el argumento de la existencia de derechos diferenciados sobre los porotos de soja y el biocombustible, que servía de fundamento para la aplicación de derechos diferenciales por parte de la administración Trump.

Perdida esa batalla, el establecimiento de un derecho de 8% sobre las exportaciones de biodiésel es resistido ahora por la industria. En diálogo con el programa radial Bichos de campo, Gustavo Idígoras, asesor de la Cámara Argentina de Biocombustibles (Carbio), atribuyó un objetivo fiscal a esa medida y planteó: “El problema es que vender a Europa ya tiene una protección arancelaria importante del 6,5 por ciento de derechos de importación, más un 7 por ciento promedio de derecho antidumping residual que quedó, con lo cual, si le sumamos el 8 por ciento de suba reciente de derechos de exportación nos da un 22 por ciento, que es exactamente el mismo nivel de derecho antidumping que tenía Europa cuando cerró el mercado en 2013”. En consecuencia, “terminamos haciendo una transferencia de renta al productor europeo, más que un ingreso fiscal para nosotros”, aseguró Idígoras.

		Las exportaciones argentinas de biodiésel muestran fuertes oscilaciones en los últimos años (ver gráfico).

La resolución del gobierno estadounidense, publicada el 4 de enero, que lleva el número C-357-821 para la Argentina, establece aranceles compensatorios de 72,28% para las exportaciones de LDC (del grupo Louis Dreyfus), 71,45% para las de Vicentin y 71,87% para el resto. La C-560-831, referida a Indonesia, fija alícuotas que van de un mínimo de 34,45% para la firma Wilmar Trading y un máximo de 64,73% para PT Musim Mas, con 38,95% para las restantes.

Esos aranceles compensatorios superan incluso los calculados en las estimaciones preliminares del Departamento de Comercio, que eran de 54,36% para LDC; 70,05% para Vicentin, Renova, Oleaginosa Moreno, Molinos Agro, Patagonia Energía, VFG Inversiones y Actividades Especiales, Trading Company X y Molinos Overseas Commodities, y 63,0% para el resto. Además, se establece su carácter retroactivo para las importaciones no liquidadas o las retiradas de depósito para consumo a partir del 28 de agosto.

A lo largo de 2016, la producción argentina de biocombustibles llegó a casi 2,7 millones de toneladas, de las que 61,2% habían sido destinadas a la exportación. En el período enero-septiembre de 2017, según las cifras del INDEC, la producción registró una suba interanual de 4,1%, de la mano de un incremento de los despachos al mercado interno (14,5%), que de algún modo compensa la caída de 0,2% en las ventas externas.

Los registros del Ministerio de Energía muestran las fuertes oscilaciones que registran las exportaciones argentinas de biodiésel en los últimos años, al compás de los conflictos comerciales con la Unión Europea, primero, y ahora con los Estados Unidos.

Así, los volúmenes pasaron de 1,1 millón de toneladas en 2013 a 1,6 millón al año siguiente, para caer estrepitosamente a 0,8 millón en 2015, con el cierre del mercado europeo, recuperarse a 1,6 millón un año después y probablemente repetir esa marca en un 2017 marcado por la veda estadounidense a partir de agosto y el impacto gradual de la reapertura del viejo continente, tras el fallo de la OMC que benefició a la Argentina.

El monto de las ventas (ver gráfico) muestra también fuertes oscilaciones, no sólo en los ingresos totales sino también en la incidencia de cada mercado. Como sucede con los volúmenes, 2014 exhibe la marca más alta, con 1.244,3 millones de dólares. Dos años después, igual número de toneladas genera un monto que se encontraba 68,5 millones por debajo.

Publicado el 12-01-2018
Foto: Renova (archivo).

Exportaciones argentinas de biodiésel 2013-2017