PUERTO BUENOS AIRES

En esta entrevista, el titular de la AGP, Gonzalo Mórtola repasa su gestión, con énfasis en las mejoras de competitividad, y habla de la nueva concesión.

Por Ana Belén Ehuletche / terminalC

Mientras se aguarda el llamado a licitación para el rediseño del puerto de Buenos Aires y tras anticipar la unificación del vencimiento de las concesiones de las terminales a 2020 que será adjudicada a un sólo operador, durante el 12° Encuentro Argentino de Transporte Fluvial organizado por el Instituto de Desarrollo Regional en Rosario, Gonzalo Mórtola, interventor de la Administración General de Puertos (AGP), repasó la marcha de su gestión.

En diálogo con terminalC, Mórtola destacó la “política de reducción de costos portuarios” que, a partir de la resolución 65/2018 de la AGP, que lleva fecha 15 de mayo, ha llevado a cero los recargos tarifarios a los contenedores de tipo high cube de exportación y a los de importación que ingresen como equipaje no acompañado.

Con el argumento de que los contenedores de este tipo, debido a su mayor tamaño, generan “remanejos y obligan a la subutilización de espacios de estiba”, desde 2014 las terminales portuarias aplicaban un sobrecosto de 160 por ciento en comparación con un contenedor estándar.

Según datos de la AGP, los high cube representan más de la mitad del total de contenedores que salen del país desde el puerto de Buenos Aires. Para devolverle “competitividad” a las exportaciones se dispuso primero una bonificación de 29 dólares, sobre la tarifa de 122 dólares y, finalmente, se eliminó ese sobrecosto.

Las autoridades portuarias consideran que esta medida es fundamental para fomentar las economías regionales y la actividad productiva del país y estiman que generará un ahorro anual para los exportadores de aproximadamente 15 millones de dólares.

En el primer trimestre de este año, de acuerdo con los números de la AGP, la gestión ha logrado bajas de hasta 40 por ciento en los costos de transporte, lo que representa un ahorro de 10 millones de dólares para la comunidad logística y portuaria.

Respecto de los niveles de actividad, el titular de la AGP afirmó que atraviesan “más de siete meses de crecimiento” y explicó que al comparar el primer trimestre del 2017 con el mismo de 2018, el volumen creció 5,78 veces. “Entre enero, febrero y marzo se movió más de 70 por ciento de lo que se operó en todo 2017 por la Hidrovía Paraguay-Paraná, al pasar de 12.400 a 17.400 teus”, detalló.

“Sólo en enero de 2018 tuvimos más movimiento que en los primeros cinco meses de 2017, mientras que el promedio mensual de barcazas en 2018 es 15, 7 por ciento superior al de 2017”, agregó.

–Existe una problemática económica que roza la actividad portuaria: el déficit comercial. ¿Les preocupa?

–El Gobierno es un gran equipo; hay una realidad y acá lo vemos como un termómetro de lo que pasa en el país. Tanto en impo como expo, llevamos más de siete meses de crecimiento sostenido y claramente trabajamos coordinados con otros ministerios como el de Producción y el de Interior y distintas subáreas, como Senasa, Aduana, entre otras, y las cámaras que nuclean a la actividad portuaria. Desde las medidas que tomamos hasta los focos en los que tenemos que prestar más atención, nos manejamos bajo la órbita del Ministerio de Transporte.

–¿Qué medidas reflejan el compromiso de AGP en ese sentido?

–Hay un compromiso absoluto y si hay un claro ejemplo es el high cube, la baja de costos concretos, tangibles, como es el barrido y limpieza de contenedores: te cobraban 88 dólares por la nada misma; ahora se hace lo que se tenía que hacer y el precio bajó 58 dólares.

–¿Cómo se deciden estos costos?

–Haciendo analogías con otros puertos, y ya no te tenés que ir a Europa: con ver lo que hacen Chile, Perú, Uruguay alcanza. ¿Por qué cobramos lo que ellos no? De esa manera, logras competencia y son precios que realmente bajan a partir de la decisión política. El seguro de Transporte Argentino Protegido (TAP) —que costaba 85 dólares más IVA— bajó; hoy ya es mínima la gente que lo elige. Lo mismo con la Zona de Apoyo Portuario (ZAP): pasó de costar 16,53 dólares más IVA a 10 dólares, con bonificación de los primeros 10 días. Hay puertos donde el costo total de operación de cargas es de 250 dólares y acá entre TAP, barrido y limpieza, ZAP y high cube, sumaba mucho más.

		"Como lo ideamos, seguramente se requerirá más gente trabajando, no solo en el puerto sino en toda la operatoria portuaria y logística. Apuntamos a eso."

–¿Cuál es la relación con los puertos en el nivel federal?

–A partir del trabajo con la Subsecretaría, vamos consensuando medidas, como por ejemplo transparentar los costos de los puertos en todo el país. Aunque no pueden unificarse, por las características propias y las distintas especialidades, sí podemos ser claros en las tarifas que tiene que ver con que el mundo sepa cuánto sale venir a la Argentina. Eso es parte de ser previsibles, que es un poco el reclamo global que había sobre nuestro país. En esta línea, los puertos trascienden al país. Cuando el mundo recibe una mala noticia, no es de un puerto sino de la Argentina. Por eso es importante estar todos alineados y trabajar sobre una política de Estado portuaria.

–¿Cómo avanzan los preparativos para la concesión del puerto?

–Si bien la licitación no se largó oficialmente, ya hay indicios claros como la licitación de impacto ambiental; anunciamos lo que se venía trabajando con el equipo de ingenieros de AGP y también acudimos a la comunidad internacional. Suscribimos un acuerdo con ALG, que es una consultora que trabaja con más de 70 puertos, entre ellos, el de Róterdam, y también escuchamos la experiencia del puerto de Barcelona, el de Valencia, entre otros. Salimos a consultar porque sabemos lo que no sabemos y en ese camino el proyecto fue mutando.

–Existe mucho temor a la pérdida de puestos de trabajo ¿Cuál es el rol de los gremios en este nuevo diseño?

–Son parte, naturalmente. No podemos no escucharlos porque si uno no politiza la relación gremio-Estado se da cuenta de que el objetivo es el mismo: la búsqueda de fuentes de trabajo; generarlas y preservarlas.

–¿Tienen un cálculo de los puestos que serán requeridos en esta nueva etapa?

–Como ideamos el puerto, seguramente a futuro requiera más gente trabajando, no solo en el puerto sino en toda la operatoria portuaria y logística. Apuntamos a eso. Por lo pronto, apuntamos a preservar la mayor cantidad de puestos de trabajo que se pueda; la foto ideal para todos es que se mantengan todos. Pero el puerto nunca va a frenar su actividad, que será con un operador portuario.

–¿Que se haya optado por un operador no implica una reducción de empleos?

–No, para nada. El diseño actual es obsoleto, con máquinas que no son de última generación. No apuntamos a un puerto automático. Ahora, en lugar de tres operadores, habrá sólo uno, pero con la diferencia de que el Estado ya está haciendo obras para permitir que haya más carga, optimizar el servicio y ampliar los centros logísticos internos en tierra. Con esta lógica, no hay un motivo (para reducir empleo); y el foco de las obras se va a realizar en la terminal exterior, no en interior, lo que impediría la navegación.

–¿Se baraja algún nombre?

–En lo personal, me encantaría que se llame Huergo en honor a quien pensó todo esto, pero desde ya se va a realizar la consulta con la comunidad portuaria.

–¿Destinarán un espacio para el cabotaje?

–Sí, estamos conversando justamente para focalizar la dársena E en el transporte fluvial, que representa unos 200.000 teus por año.

–¿Les interesa potenciar el tránsito por la Hidrovía?

–Algo que no se había pensado y que esta gestión planteó es que tanto el rediseño del puerto de Buenos Aires como la nueva licitación de la Hidrovía tiene que ir de la mano; por eso es importante incluir a los prácticos también. Si tenemos que hablar de dragado, espacios de sobrepaso, movimiento de escolleras, necesitamos de su participación, porque son los que ingresan los barcos al puerto y conocen el lugar.

–¿Qué proponen para compatibilizar el desarrollo del puerto con el de la Ciudad?

–Obras como la del Paseo del Bajo y la puesta en valor del entorno portuario sin caer en las chicanas del desconocimiento porque el puerto es ecuménico, cien por ciento: nos incluye a todos. Desde las acciones concretas que impulsamos junto con que la comunidad comprenda la importancia que tiene un puerto para un país. Generar un puerto más eficiente, sin tantos camiones, que siempre son foco de críticas. Y eso se resuelve. En puertos como los de Hamburgo o Valencia, manejan 4 millones de teus y no ves un camión en la ciudad, porque se planificó estratégicamente. Ese es el trabajo que nos tocó y es lo que hicimos en este tiempo.

Publicado el 17-05-2018
Fotos: AGP.