AMÉRICA DEL SUR

El Gobierno señala que contribuirá a combatir el contrabando y la subfacturación de importaciones. Niega que encarezca el precio final de los productos.

Como parte de su nuevo plan económico, el gobierno de Ecuador generó un nuevo tributo al comercio exterior que, pese a ser cuestionado por el sector empresario, en los últimos días recibió el aval de la justicia y comenzó a regir para todos los productos.

La jueza Gladis Martínez alegó que no era procedente la solicitud de medida cautelar que interpusieron tres cámaras productivas de la ciudad de Guayaquil para suspender la tasa de control aduanero, que entró en vigencia el 13 de noviembre.

Las voces oficiales señalan que la tasa busca reducir el contrabando y la defraudación a través de subfacturación. Por eso, explicaron, rige para todos los productos, con excepciones específicas, como objetos personales del viajero, ayudas técnicas, donaciones, envíos de socorro, entre otros.

Mauro Andino Alarcón, director del Servicio Nacional de Aduanas del Ecuador (Senae), explicó que para el cálculo del monto a pagar se divide entre el peso (en gramos) de cada artículo declarado y la unidad de control en gramos establecida por la Aduana. El valor que resulta de esa fórmula se multiplica por los 0,10 dólares de la tasa, según la norma publicada en el Registro Oficial 115.

Asimismo, afirmó que la medida, que fue parte de la reforma económica anunciada por el presidente Lenin Moreno en octubre, está dentro de lo que establece la Organización Mundial de Comercio (OMC).

“La tasa es una traba más al comercio. No tiene ningún sentido que la cobren. Dicen que es para contrarrestar el contrabando, pero más bien lo incentiva. Y esto ya es parte de las funciones del Servicio Nacional de Aduanas del Ecuador”, señaló Christian Donoso, vicepresidente de la Asociación Ecuatoriana de Empresas de Productos Cosméticos de Higiene y Absorbentes (Procosméticos) en declaraciones a El Comercio.

En La Conversación, José Franco Moncayo, profesor de Comercio Internacional en la Universidad Internacional del Ecuador (UIDE), opinó que no se trata de una tasa, en la medida que “no existe una contraprestación de servicio”.

Por eso, advirtió que “al momento de ‘advalorizar’ la llamada tasa aduanera, en algunos casos podría rebasar el arancel consolidado”. De esta manera, según Moncayo, el país corre el riesgo de ingresar en la situación de “picos arancelarios” y ser sancionada por la OMC.

En defensa del arancel, Soraya Jarrín, subdirectora del Senae, expresó que “es importante informarse bien antes de criticar la medida, que podría generar al fisco 500 millones de dólares anuales”, y sostuvo que “quien sostenga que por la tasa de control aduanero los precios se incrementan está desinformando y está especulando”.

En ese sentido, apuntó que el pago de la tasa no debería inferir en el precio final de los productos. En una tonelada de harina de trigo, cuya unidad de control es 1.000.000 de gramos, la tasa de servicio de control aduanero equivale a 0,10 dólares por tonelada. El importador pagará entonces 10 centavos por una tonelada o 40 centavos si importa 4 toneladas de trigo.

En el caso de los zapatos de fútbol, “con un precio de importación de 20,45 dólares, se venden en 119 y tendrían que pagar apenas 29 centavos”, graficó Jarrín.

Se espera el arribo de una misión de la OMC, encargada de analizar las políticas comerciales del país. Sólo en el caso de que el organismo internacional determinara que la tarifa no es una tasa sino que configura un arancel, o corrobore que algún producto se encuentre en los “picos arancelarios”, Ecuador deberá revisar su disposición.

Publicado el 29-11-2017
Foto: Autoridad Portuaria de Guayaquil.