ECONOMÍA INTERNACIONAL

El año pasado, 82% de la riqueza generada en todo el mundo fue a parar a manos del 1% más rico, revela un informe de la organización internacional Oxfam.

Durante 2017, el patrimonio de las personas cuya fortuna supera los mil millones de dólares aumentó en 762.000 millones de dólares. Ese mismo año, 82% de la riqueza generada en todo el mundo “fue a parar a manos del 1% más rico, mientras que la riqueza del 50% más pobre no aumentó lo más mínimo”.

Los datos provienen del informe Premiar el trabajo, no la riqueza, elaborado por la organización internacional Oxfam y divulgado en coincidencia con la realización del Foro Económico Mundial, que en enero de cada año convoca en Davos, Suiza, a muchos de los más notorios milmillonarios del planeta, a funcionarios de organismos internacionales afines a su pensamiento, a filántropos que quieren conmoverlos y a jefes de Estados necesitados de inversiones.

El trabajo de Oxfam, respaldado por sólida evidencia estadística y por encuestas cualitativas de percepción en diez países de ingresos medios y altos, describe un mundo de fuertes contrastes, analiza las causas que están en la base una concentración extrema de los ingresos y formula una serie de recomendaciones, dirigidas fundamentalmente a los gobiernos, pero probablemente con la intención de interesar también a los empresarios.

“En 2016, el grupo Inditex, al que pertenece la cadena de tiendas de moda Zara, repartió dividendos por valor de cerca de 1300 millones de euros al cuarto hombre más rico del mundo, Amancio Ortega. Stefan Persson, hijo del fundador de H&M y que ocupa el puesto 43 en la lista Forbes de las personas más ricas del mundo, recibió 658 millones de euros en concepto de dividendos el año pasado. Anju vive en Bangladesh y trabaja confeccionando ropa para la exportación. Suele trabajar 12 horas al día hasta muy tarde. A menudo tiene que saltarse comidas porque no ha conseguido suficiente dinero. Gana poco más de 900 dólares al año”, comienza el texto.

De 2006 a 2015, los salarios aumentaron un promedio de 2% anual, mientras la riqueza de los milmillonarios se incrementó en 13%, refiere Oxfam, y agrega que, según los datos más recientes de Credit Suisse, 42 personas poseen actualmente la misma riqueza que los 3700 millones de personas más pobres del mundo.

Esa constatación se repite en los más diversos países. En Indonesia, por ejemplo, los cuatro hombres más ricos tienen tanta riqueza como los 100 millones de personas más pobres. En Estados Unidos, tres personas tienen el mismo patrimonio que 160 millones. En Brasil, “una persona que gane el salario mínimo debería trabajar 19 años para ganar lo mismo que una persona del 0,1% más rico en un mes”. La situación es aún peor para las mujeres, que sufren mayores niveles de discriminación en el ámbito laboral y asumen la mayor parte de las tareas no remuneradas.

“La mayor parte de la desigualdad extrema es debida a herencias, monopolios, o relaciones de nepotismo o de connivencia con los Gobiernos. Cerca de una tercera parte de la riqueza de los milmillonarios ha sido heredada. En los próximos 20 años, 500 de los hombres más ricos del mundo traspasarán más de 2,4 billones de dólares a sus descendientes, una cantidad superior al PIB de la India, un país con 1 300 millones de habitantes”, señala el informe.

Esas fortunas de los súper ricos aumentan aún más gracias a la evasión y elusión fiscal sobre sus propias ganancias o las de las empresas que los tienen por dueños o accionistas, dice Oxfam, que recuerda los escándalos suscitados por los Panamá Papers o los Paradise Papers (ver “Los paraísos fiscales exacerban la desigualdad”) Al respecto, apunta que una nueva investigación del economista Gabriel Zucman revela que el 1% más rico del mundo evade o elude impuestos por valor de 200.000 millones de dólares, mientras los países en desarrollo dejan de recaudar por lo menos 170.000 millones en ingresos fiscales por esa causa.

En el otro extremo, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha calculado que 40 millones de personas trabajaban como esclavos en 2016. La OIT revela que cerca de 43% de la población joven activa no tiene trabajo o, si lo tiene, sigue viviendo en la pobreza. Más de 500 millones de jóvenes sobreviven con menos de 2 dólares al día y se calcula que en los países en desarrollo cerca de 260 millones carecen de trabajo, educación o formación, situación que afecta a una de cada tres mujeres.

El informe, que retrata situaciones estremecedoras en diversas ramas de la producción y muy diferentes países, propone a los gobiernos la adopción de una serie de iniciativas que, a juicio de la organización, podrían contribuir a la creación de una sociedad más igualitaria.

Entre ellas, puede mencionarse, por caso, ofrecer incentivos para los modelos de negocio que den prioridad a la obtención de beneficios más justos o exigir que las grandes empresas multinacionales cumplan, en todos los eslabones de su cadena de suministro, con los compromisos sobre trabajo decente asumidos antes la ONU.

En el ámbito de las empresas, Oxfam propone avanzar en prácticas que coadyuven a esos objetivos, como no repartir dividendos si están garantizados los salarios dignos, dar prioridad en las cadenas de suministro a las empresas que tengan estructuras más igualitarias, compartir beneficios con los trabajadores y trabajadoras más pobres, apoyar la igualdad de género en el trabajo y reducir las profundas diferencias salariales que hoy son moneda corriente en la mayor parte de las grandes compañías.

Publicado el 25-01-2018
Foto: Oxfam.