AMÉRICA LATINA – ASIA PACÍFICO

Como parte de un debate académico sobre el papel de ese bloque, expertos concluyen que el país está más preocupado por su proyección como actor global.

Si la reconfiguración del escenario mundial es uno de los rasgos salientes del siglo 21, la consolidación de los BRICS es un dato ineludible para explicarla. Durante la VI Cumbre realizada en la ciudad de Fortaleza, del 14 al 16 de julio de 2014, los presidentes del bloque que integran Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica sesionaron bajo el eje temático “Inclusión Social y Desarrollo Sostenible” y resolvieron avanzar en la conformación de un nuevo Banco de Desarrollo, que contará con un capital autorizado de 100.000 millones de dólares y un capital inicial suscripto de 50.000 millones.

¿Es la creación de ese banco un punto de inflexión en la consolidación del bloque? ¿Se beneficia América Latina por la participación de Brasil en ese espacio? ¿Pueden ser los BRICS un puente para potenciar las relaciones entre la región y Asia Pacífico?

Éstas y otras preguntas fueron planteadas por el Observatorio América Latina – Asia Pacífico a un conjunto de expertos —Mariano Bullón, de Cuba; Jorge Riquilme Rivera, de Chile; Gabriela Correa López y Cassio Luiselli Fernández, de México; Sergio Cesarín y Leonardo Stanley, de Argentina, y el Departamento de Negocios Internacionales e Integración de la Universidad Católica del Uruguay—, como parte de un debate académico cuyo resumen se ofrece en la web. El Observatorio, coordinado por Ignacio Bartesaghi, es una iniciativa conjunta de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Corporación Andina de Fomento (CAF).

Los participantes coinciden en que el grupo BRICS refleja un nuevo contexto internacional, aunque existen matices entre ellos sobre el papel que el grupo puede jugar en el sistema internacional, fundamentalmente porque sus integrantes discrepan en sus estrategias respecto de los organismos internacionales y las potencias.

“En los hechos, más allá de los recientes logros institucionales vinculados con la creación del Banco de Desarrollo y del Fondo de Reserva, los resultados de las sucesivas cumbres de los BRICS no han arrojado avances sustantivos. Algunos académicos entienden que se trata de un grupo que no podrá avanzar en asuntos comerciales, donde incluso existen notorias tensiones entre los miembros (caso de China con Brasil). Por el contrario, al respecto de la potencialidad comercial, se visualizan ciertos puntos de contacto, dado que cada miembro BRICS encuentra diferentes especializaciones en la industria tecnológica, agroalimentaria o energética, realidad que podría generar futuras complementariedades productivas”, dice el resumen.

Sobre la importancia del Nuevo Banco de Desarrollo, se preguntan qué intereses motivan a los miembros de los BRICS a formar parte del grupo una vez que el bloque dejó de lado los fundamentos económicos que llevaron a su creación y dieron paso a los geopolíticos. Por tanto, parece tratarse de un grupo que es una acumulación de intereses nacionales (cada país encuentra sus propios beneficios por estar allí), pero con el claro liderazgo de China, hoy único país que junto con Estados Unidos explica el equilibrio del sistema internacional. La ausencia de liderazgos compartidos es uno de los desafíos para la consolidación del grupo, especialmente si se tiene en cuenta la importancia de las relaciones bilaterales de algunos de los miembros, caso de China con India o del gigante asiático con Rusia.

Los especialistas coinciden en otorgar a China un papel fundamental en este proceso, ya que la creación del banco se encuentra relacionada con la internacionalización de la moneda china. Por otra parte, debe tenerse en cuenta que China no solo ha impulsado la institucionalidad en el marco de los BRICS, sino también fundó el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura, que cuenta con un capital inicial de 100 mil millones de dólares, lo que ha captado el interés de varios países europeos y creó el denominado Fondo de la Ruta de la Seda. Paralelamente, debe seguirse de cerca la estrategia desplegada por China en el marco de la APEC, donde pueden alcanzarse acuerdos de importancia con Estados Unidos (ITA).

La nueva institucionalidad de los BRICS podría dar paso hacia la profundización de la agenda económica, donde temas como la inversión, la financiación internacional, la infraestructura, el intercambio en monedas nacionales (especialmente importante para China), la asociatividad empresarial y la innovación adquieren cada vez mayor importancia en la agenda sur – sur.

Respecto de la importancia para la región de la presencia de Brasil, estiman que esa participación en los BRICS coincide con una política específica de Brasil para posicionarse como actor global y relativizan la posibilidad de que ese espacio funcione como puente entre ambas regiones. Primero sería necesario que Brasil profundizara sus lazos con Asia Pacífico, que se encuentran muy por debajo de su potencial, especialmente con India, y dependen fuertemente de la exportación de productos básicos.

“En síntesis, el desarrollo actual de los BRICS no necesariamente profundizará las relaciones entre América Latina y Asia Pacífico a partir de Brasil, salvo que este país presente una estrategia definida en este sentido, la que hasta la fecha parece ausente, priorizando dicho país su agenda global por sobre la regional”, dice la síntesis del Observatorio y concluye: “Las diferentes estrategias de inserción seguidas por los países sudamericanos con respecto a las economías asiáticas, en particular con China y la India, indicarían que al menos hasta el presente Brasil y su participación en el grupo BRICS no necesariamente estarían cumpliendo un rol en el desarrollo de la relación entre las dos regiones, lo que podría ser visto como una oportunidad perdida en términos diplomáticos”.

Publicado el 23-04-2015
Fuente: Observatorio América Latina – Asia Pacífico / Foto: Itamaraty - Brasil.